viernes, 22 de abril de 2016

Hoy no.




Algunos días fueron suficientes... Algunas palabras, algunos tiempos.
Algunas razones encontradas para regresar al drenaje de sensaciones,
a la porquería de señales y la hambruna emocional
o simplemente de necesidad.

Algunos días fueron suficientes...
Suficientes para reír un poco más ¿Te reías de mi?
Algunas palabras fueron suficientes...
Suficientes para desear después de volver a despertar.
Algunos tiempos fueron suficientes...
¡El tiempo nunca es suficiente!
Ingrato y bipolar.

En la muerte de los días, de la semana y de las mañanas.
En la agonía de un suspiro
o en el vaivén de los recuerdos, de vacíos internos.
De la necesidad de plasmar sentimientos tan vivos
y tan muertos. Asesinados por la duda y una falsa sombra.
Desesperados por adentrarse o perderse en la profundidad
de lo desconocido. 
¡Vida! tan falsa como la mentira de un día.
tal y como la verdad escondida en la ironía.

Sólo se escuchó el murmullo de un terrible ¡NO!
no queda nada de los pedazos unidos que simplemente se desmoronó
el silbido del silencio, de los difuntos sueños.
Ahí estuve yo... De nuevo en algo parecido,
muy semejante a la desolación.






Y volvimos... Un poco más absurdos, mas ciegos, más maduros. Eso quiero pensar.
Tenia en mente otra imagen pero no las pude obtener ja!
Disfruten y bienvenidos sus comentarios.
Gracias por leer.

Gaiz-K
(Martha P. B. Sandoval)

1 comentario:

  1. Hola, siempre es un placer leerte. Muy profundo y personal tu artículo. Lo lindo de un subgénero literario como la poesía no es solo que permite revelar las pasiones propias, sino que les permite a otros verse en sus fragmentos y hacerla suya.
    Cuando dices “(…)¡el tiempo nunca es suficiente! Ingrato y bipolar (…)” vienen a mi mente pasajes de aquella vieja canción “(…) If I could save time in a bottle (…)”, “(…) but there never seems to be enough time to do the things you want to do, once you find them (…)”. Es cierto, el tiempo nunca es suficiente. Interpreto tu idea del tiempo como un devenir cíclico de etapas. Con frecuencia nos vemos inmersos en situaciones y emociones de toda índole que habíamos creído nunca volver a experimentar, aunque con otros actores y escenarios. Tiene un sabor agridulce este del concepto del tiempo, porque aunque deja sus marcas en nuestra alma, en nuestra piel, y nos condena a volver a vivir lo doloroso, también nos da la oportunidad de revivir lo hermoso. Hay algo de magia en esta propiedad.
    Me miro en tus frases cuando dices “en la muerte de los días, de las semanas y de las mañanas. En la agonía de un suspiro o en el vaivén de los recuerdos, de los vacíos internos (…)”, “solo un murmullo de un terrible ¡NO! No queda nada de los pedazos unidos que simplemente se desmoronó, el silbido del silencio, de los difuntos sueños (…)”. Ahí también he estado yo, quizás ni siquiera hubo el murmullo de un NO, solo un silencio cruel y oscuro, noches sin días, lágrimas, recuerdos y el deseo de atrapar el tiempo en una botella para hacer las cosas distintas.

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