martes, 14 de febrero de 2012

Noche y día

Noches inmensas y días que parecen no tener un final,
o ¿Es que no han empezado?... Es lo mismo da igual.
Días eternos de somnolencia y soledad,
de lágrimas secas y una nueva realidad
donde los ayeres parecen muertos y ausentes,
las sombras se desvaneces y los días salen crecientes.

Noches y días que se vuelven semanas y meses,
que con el pasar el tiempo son años y la memoria se pierde,
donde las ideas pasan y los recuerdos humedecen.
Días, días transcurren cotidianos sin ningún rastro,
nada que adviertan el llanto que llama sin piedad a la puerta,
que invita a la sala de una casa hueca y vacía: Mi alma.
Así es como la llaman.

Noches, noches de frío y un retirado dolor
que trata de entrar evitando salir y morir,
de no querer partir aún cuando la sal ha dejado de existir...
¡No hay más! ¡No hay más de ti o de mi!
¡No hay más!...
Días de sol engañoso y furioso, de gotas dulces
y amaneceres soberbios, de orgullo en la dureza de palabras
sin querer decir nada, mudas... Siempre mudas.

Días y noches de tranquilidad, de nada en que pensar
y hoy... exactamente hoy... hoy un día cualquiera
en la agenda de mi calendario, hoy es que vuelve a amanecer.


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