Las lunas pasan una seguida de la otra sin pausa ni premura,
solitarias y sobrias en medio de esa oscuridad bañada de estrellas,
de cuerpos enomes y diminutos de luz artificial donde la soledad
domina sin titubear, donde todo parece tan igual pero al bajar la mirada,
en esa grandeza todo luce tan diferente, tan distinto, tan ambiguo donde el silencio ahoga y...
Y... no hay nadie, ni la sombra que persigue cuan posesiva es,
ni el suspiro sordo de esa extraña voz, ni el ser cuya luz floreó... Nada...
Y dicen entre susurros: ¿Me extrañas?... ¿Me olvidarás?... ¿Regresarás?.
Juntas, lejos hasta el final de los tiempos que relativos juegan con la encarecida,
la insolente y frívola alma que después de preguntar enmudeció,
guardó silencio en su interior para ver su respuesta florecer;
atenta sonrió hipócrita pues dentro de si algo se rompíó
- Algo así me imaginé -
Una lágrima cayó tan tímida que inmediatamente se seco en la mejilla,
un suspiro y la sensación de olvido y despedida sacudieron su fe, su devoción,
sus ganas de sueños absurdos y de fantasías fabricadas en soledades continuas.
¿Puede alguien fingir no querer? o ¿Olvidar fingiendo recordar?
¿Puede alguien recordar negando sus recuerdos? o ¿Recordar en silencio para no lastimar su ego?
Quizá la idea de desapego, o el silencio abasallador... La mirada perdida de alguien que por fin calló
¿Calló? ¿Enmudeció? ¿Murió?... Sí, la respuesta es la muerte del músculo carnoso,
de la imaginación latente y de los pensamientos intermitentes,
una muerte tan pasiva y dolorosa como fortificadora y renovadora.
Morir para poder vivir dice mi alma que lejos de sufrir entiende con razón que...
I just need you now
"Pero hay una lágrima dentro de un cajón, y un sabor amargo a miedo viejo y alcanfor. Abre las ventanas no te niegues más, que las alas crecen para usarlas y volar..."
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