Mi Historia: Disculpa.

 El comienzo
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Enero 2008

Hola...

La verdad no sé como empezar, incluso no tengo la menor idea de si es correcto escribirte o no. Pensé mucho en hacerlo y mientras más pensaba me doy cuenta del error que cometí hace algunos días contigo, ahora que reflexiono por fin puedo ponerle nombre a mis sentimientos y debo confesarte que sentí celos. No sabía exactamente que era y si es que puedo llamarlo de esta forma pero me irritó enormemente que la defendierás acusándome a mi. La defendiste tanto y al mismo tiempo me acusaste de la misma manera que la rabia subio hasta mi cabeza y me cegué por lo que decidí alejarme y dejarte aún cuando inexplicablemente senti y ahora siento un vació en mi interior.

¿Sabes? pensé que teniamos una linda amistad, que me conocías un poco por que yo permití que lo hicieras, dejé que entrarás y comence a darte mi confianza y te digo la verdad, no tengo la menor idea de por que lo hice y lo sigo haciendo apesar de que hace días no sé absolutamente nada de ti.

Te confesaré algo, me da un poco de verguenza pero aún cuando mi enojo me dominaba seguía pensando en ti - Incisto, no sé por que pero simplemente no sales mi mente - en como estarías y que es lo que hacías ya que como te dije, decidí alejarme y eso incluía evitarte a toda costa y por todos los medios pero... Ahí es donde comienza mi confesión. Le pedí a una amiga mía que te buscara sin conocerte, que se entrometiera tanto como pudiera para poder localizarte y así saber lo que piensas o lo que estaba sucediendo así que se hizo pasar por alguien que me odiaba y entonces ¡Entonces reaccionaste! no era como lo había pensado, nuevamente me sorprendiste.

Ella dijo un par de pestes de mi y tu confesaste, le dijiste que me extrañabas, que tenías dias sin verme pero que lo entendías, ella preguntó que es lo que pasaba y tu respondiste con un:

"Creo que ella ya no quiere verme y eso me lastima, pero lo entiendo."

Te vío con un semblante afligido y hasta cierto punto resignado pero siguieron hablando de mi hasta que tuvo que irse, sonreíste y la despediste.

Como no era de esperarse, vino a mi y me contó lo que habían dicho aquel día. Todo, absolutamente todo me lo dijo y fue cuando me sentí peor, de alguna manera tu te sentías mal y yo un tanto mas por eso, a petición de las voces de mi conciencia, de mi ... ¿Corazón? - Es raro decirle por su nombre ya que para mi no es más que un músculo pero que extrañamente cada vez que te veo o te siento él te siente mucho más - y mía propia te escribo pidiendote una disculpa, no tengo claro de que pero sé que debo pedirtela.

Espero me disculpes y sigan dándome tu amistad por que yo quiero ser tu amiga por siempre, me hace falta hablar contigo y platicarte tantas cosas absurdas y serias, esas que sólo contigo logro decir sin verguenza y que sé me entiendes. Un abrazo.

Se despide de ti...

Tu amiga.

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