sábado, 21 de enero de 2012

Carta a mi hermano.

Son 7 años, serán 7 años en los que un día nos dijiste adiós. Es gracioso por que nadie te creía... Ni siquiera nosotros o la verdad es que no recuerdo si nos contaste con lujo de detalle. Aquello fue una sorpresa tan digna de ti que espantarse era innecesario aunque, si fue un shock... Te estabas despidiendo... y ya no era el bien afamado: "Dicen"... Te estabas despidiendo...

Ahora que lo pienso, bueno no... Siempre pienso pero ahora de forma más detenida al ver que tu realidad se acerca a nosotros y que durante estos 7 años has dejado de ser quien eras cuando te fuiste. Fue para bien pero a los que nos quedamos atrás nos dejaste ese extraño vacío, de nostalgia y de muchas risas y cosas que contar o que recordar. Ayer que llegó a casa la persona que es tu realidad y tu presente me quedé meditando un momento mientras intentaba entender la situación y entonces me dije: Javier... Javier no es el mismo y sin embargo yo...

Por ratos me quedé callada sin saber que decir, en sí soy una persona seria y hasta cierto punto tímida por lo que entablar una conversación con desconocidos es muy complicado para mi; pero traté de hacer un esfuerzo de sonreír de buena gana - y así fue - y hacer algo para... No sé quizá, agradarle.

Esos minutos parecían lentos, recordé casi cada uno de los momentos juntos desde que eramos unos niños y ese sonido peculiar de tu voz al reír o esa solemnidad que usabas cuando te ponías serio al jugar. ¡Por Dios! como olvidar aquellos días en los que yo pequeña me enseñaste a jugar meta, pintaste una carretera en el piso de tu casa y me diste un carrito: El que se salga de la pista pierde. Cómo algo que ahora parece insignificante te llena de alegría y nostalgia.

Jugando, sí así es como nos conocimos... ¡Jugando!. Carritos, correteándonos en ese mundo lleno de polvo o escuchando las historias que tenías por que siempre TENÍAS una historia nueva tan llena de intriga como de fantasía. ¡Ay Javier! eras tu quien me hacía reír siempre que te visitábamos, lloraba por que me asustaba el regreso a casa o será que ¿No te iba a ver en quien sabe cuanto tiempo?. La verdad no lo sé pero era emocionante saber que ibas a decirme en la siguiente vuelta.

El tiempo, la causalidad por que creo en ello; nos llevó a estar más cerca, esos juegos no sólo eran de un fin de semana un vez cada dos meses sino que ahora eran una ves cada fin de semana de tooooooooodos los meses del año. Ahora que lo escribo me da tan risa y en verdad que casi muero de la risa que ocasiona recordar todo esto... Esa noches en las que dentro de ese viejo cuartito - ¿Te acuerdas? cuantas cosas no vivimos ahí - Ange, Pablo y yo escuchándote atentos sobre historias de la KoF o de la banda de aquí o de allá... ¡Los famosos Pachecos! o el armado del ring por que hasta eso quise ser para seguirte... ¡Luchar! pelear contigo aún cuando eras más grande y sin embargo nunca nos lastimaste... Aquella patada en el ojo de Ange y la sávila que le dejó tan verde que en vez de asustarnos nos reímos tanto por días. Siempre fueron "luchitas" y viéndolo más frío siempre estuvimos atrás de ti y tú detrás de nosotros.

Pasó el tiempo y te convertiste en un adolescente, las "luchitas" ya no eran algo atractivo para ti como para nosotros así que para no alejarte nos enseñaste algo nuevo. Quizás no eran esas reuniones nocturnas y misteriosas, llenas del suspenso de tu voz o de nuestras miradas incrédulas sino que ahora era un "juego de grandes" el bien amado: ¡FUTBOL!

No sé como nos enseñaste o cual fue la primera clase pero lo que si recuerdo y casi con lujo de detalle fue esa pelota verde llena de arena... Eso estaba más duro que una piedra y nos hiciste patearla con todas nuestras fuerzas con los pies desnudos - ¿Que es lo que pensabas entonces? - obvio nos dolió mucho y cada vez que sacabas esa pelota era un "infierno" pero terminábamos haciendo lo que tu decías, me pregunto el porque... Y así es como llegamos a un balón de verdad y supimos pegarle de forma correcta, al menos yo. ¡Rayos! como viene a mi mente esas tardes o esos medios días en los que con Héctor jugabamos cascaritas eternas... " 20 y buena" llegaban 20 goles y eran otros: "5 y ya" todo por no querer perder ¡¡¡TRES PESOS!!! ¿Que cosas no?. El armado de pistolas de agua con Héctor para poder mojarnos - Que inconcientes - Aun tengo la cicatriz que me hice al intentar agujerar una botella, al final lo hice pero dolió.

Seguimos en esta línea de vida siendo lo más recurrente en mis memorias esa vez en el que Ange se golpeo la cabeza y lloró 5 minutos después dejándonos atónitos a todos. O el hecho de que me mandabas a dormir por que yo, no podía ver la tele pues no era un programa adecuado para mi... Hilda Huracán! que al final terminé viendola y desvelándome contigo para platicar al día siguiente si el Santo se quedaría con Hilda... ¡Osea!. O las mañanas de terminar labores, lavar uniformes, ropa del día para sentarnos a ver María Emilia a una hora puntual. Verte jugar FIFA en el Play Station y sugerirte jugadores, apasionarnos con cañizares, Mendieta, Paolo Maldini y por que no hasta con el "Matador" Luis Hernandez... ¡Roberto Carlos! o el escucharte cantar Ala Madrid!!!... "aconsejarte" en ese juego de misiones y suspenso que nunca aprendí su nombre. El compartir la mesa con el platillo de la casa, la especialidad... ¡Huevo con chorizo y chile chipotle!

Ay Javier... tantas cosas que vivimos y me enseñaste pero, ahora me doy cuenta que aquel niño, aquel chavo alegre y vale madre en apariencia, de aquel que nunca daba "preocupaciones" por que sus pleitos estaban en la calle y no en la casa, aquel que me enseño lo que hoy día me encanta recordando tus gritos cuando nos veías jugar: Andale hácela te la puedes llevar... O los regaños con tu palabra favorita: No vivas en la Mediocridad. No!, ya sé el escucharte cantar al ritmo del rock and roll: Silvya de Sam Sam y tu banda favorita en ese entonces... Interpuesto!... ¿Que tal liran roll y su cuarto para las dos o No puedo más?... Y sin embargo me doy cuenta que, todo eso quedó atrás... Nos dejaste atrás...Me dejaste atrás.
-----------------------------
Primera parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario