lunes, 9 de enero de 2012

Un error...


Una vez quiso ser feliz, sonreír y servir.
Una vez dejo ir sus temores, asumir decisiones y...
Una vez intento sentir, convertir... Simplemente ser Feliz.
Una vez dijo: Mi vida eres tu.
Una vez dejó que sus sentimientos dominaran y de pronto...
Una vez, un día, un momento se dió cuenta que... Falló.

Una vez entendió que huír no era una opción
ni el alivio que podría llegarle a su corazón.
Una vez pensó que las lágrimas de un adiós
serían el fin de todo lo que en su tiempo le hacía vivir.
Una vez imaginó que nada tiene fin
pues la eternidad parecía una palabra no imposible de definir.
Una vez creyó que las palabras dejarían de serlo
convirtiendose en sonidos un poco más intensos.
Una vez, un día, un momento se dió cuenta que... Falló.

Una vez, sólo una vez tuvo miedo y fue su más grande error.
Una vez acertó cuando dijo sin temor que era más grande,
más importante el sentimiento que nunca antes entregó.
Una vez insistió tanto en olvidar que termino por recordar,
por sentir y querer revivir aquello que el tiempo se llevó,
aquello que sin darse cuenta perdió y nunca más regresó.
Una vez inflingió en los mandatos de sus creencias y todo lo abandonó,
dejó escapar sus necesidades convirtiendolas en aquella alma
que sin mucho tacto un día la dejó perdiéndose en la nostalgia
de la despedida y el anhelo de obras reducidas a sueños.
Una vez, un día, un momento se dió cuenta que... Falló.

Eso fue lo que en un sueño pasó... Ahora, lucha por despertar
por dejar de esperar y volver a caminar,
ahora sin temor, sin rencor, sin la necesidad de llorar
o de gritar, nada que le pueda lastimar y le haga sangrar...
Una vez, un día, un momento se dió cuenta que... Falló.


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